Editorial article -spanish-
Lo que somos.
Hace rato que leí Patria o Muerte de Barrera Tyszka. Desde hace rato está mal visto decir
cosas malas de los escritores consagrados -Sanoja Hernández enumeró bastantes
controversias, una de ellas que nadie se atrevía a cruzar a Miguel Otero Silva, fundador de
este gentil y genial Diario- pero la verdad es que el libro no me gustó.
Naturalmente la crítica literaria seria va más allá de un gusto subjetivo y se sujeta a criterios
de la estética del lenguaje que no vienen al caso en este artículo, pero mi queja no viene
desde el uso apropiado de la palabra -que no discuto- si no más bien del fallo de capturar el
zeitgeist de lo que fueron los últimos momentos del chavismo, de la muerte de Chávez, de
todo lo que implicó, de la caída de una ciudad, de la destrucción de Caracas.
Seguro la inmensa mayoría que leerá esto lo vivió en Venezuela. Vivió (paradoja divertida)
la muerte de Chávez en el propio terruño. No fue un día fácil, ni tampoco lo será retratarlo
de manera adecuada, hacerle su historia privada, como decía Vargas Llosa.
Chávez no es el mismo para generaciones anteriores a la mía, que vivieron en la cuarta
república, que vivieron otros presidentes, otras represiones, otro caos, que para mi
generación, que a duras penas recuerda a Caldera y ya a plena consciencia empezó a vivir
en chavismo: nuestra adolescencia fue en chavismo. Nuestros primeros amores. Los que
somos más privilegiados, viendo a nuestros amigos partir en 2010, 2011, 2012…. Hasta el
sol de hoy, donde ya la situación los expulsa a todos, hoy en 2017, todos se van.
El chavismo de Barrera Tyszka no es el mismo que el mío. Tal vez en eso encuentre yo el
fallo de la captura de un momento tan importante y delicado. Lo sentí hasta un poco
pornomiserable, ¿no? todo el motor del argumento es un video de Chávez antes de morir.
Es todo. Un poco… Simple.
Como digo, no es común, y está mal visto cuestionar al padre en Venezuela: somos una
sociedad vertical después de todo. Pero yo creo firmemente que le toca a nuestra
generación, aquella entre los ochenta y los noventa, crear el magnus opus sobre el
chavismo, la gran ópera bufa, como dijo mi buen amigo Daniel Oropeza, porque creo, ya
con aires de grandeza y grandilocuencia, que nadie ha vivido esto como uno: porque no
tenemos otros referentes más que los históricos. Los vivenciales no existen. Somos
únicamente el chavismo.
No vivimos otra época, como otros. Toca vernos al espejo, y ver qué sacar de ello.